martes, 30 de septiembre de 2014

Diferencias sutiles

-Sabes la diferencia entre querer y amar?- La pregunta de Ana me deja perpleja como siempre.
-Creo que si. Querer quieres a una persona, se quiere a los amigos, a los hijos, incluso a tu pareja, pero también a un perro. Amar es otra cosa. Es cuando sientes que el mundo se puede acabar en un suspiro, cuando te duele el alma aunque no sepas explicar bien que es, salvo el detalle de que pesa 21 gramos, o eso dicen... cuando sufres y gozas con la misma intensidad, cuando antepones al ser amado por delante de todo y de todos.... 
-Amar nos hace egoístas? me suelta como si no fuera conmigo la cosa.
-Es posible Ana.
Se sienta muy digna en el sofá de cuero negro, remetiéndose la falda bajo el trasero en un acto costumbrista, fruto de sus años en aquel colegio de religiosas al que acudió cuando era una cría.
-Si yo quiero que la persona a la que amo y me ama, esté pendiente de mí todo el día, es amor?
- Más bien diría que es dependencia Ana.  Realmente necesitas que esa persona  esté localizable las 24 horas del día? o que te cuente cada uno de sus pasos?...Mira Ana, las inseguridades son clavos ardiendo, si te aferras a ellas, te quemas.
Me mira, sonríe y noto su abrazo sincero. -Te quiero.
Y yo a ti Ana...


domingo, 21 de septiembre de 2014

Si me preguntas, te respondo...

- Sabes una cosa Ana? , le pregunto mientras me tiro literalmente en el sofá.- La vida a veces es una puta mierda... Ana sonríe. Si, con esa sonrisa que pone a veces que me jode tanto... esa de marisabidilla  , como si tuviera en sus manos o en su mente,la panacea para la paz mundial, la cura contra el cáncer o todos los problemas del  universo.
-Y qué hacemos Mer?...
- Qué quieres que hagamos Ana?, nada... jodernos y aguantarnos. 
- Tú que haces? Le pregunto a sabiendas que una de dos, o lo que me va a responder no me va a gustar o me voy a reir...
Sube la montura de sus gafas de pasta moradas, las que compramos en aquel mercadillo hippie de Ibiza y que se pone cuando quiere tener ese aire bohemio chic que se llama ahora.
- Intento que me salpique lo menos posible Mer, más que nada porque la mierda huele fatal....
No puedo evitarlo, es oírla y empezar a reírme. 
-Qué haría yo sin ti Ana?
Me guiña un ojo, me lanza y beso y contesta. -Yo también te quiero...
Besos

jueves, 18 de septiembre de 2014

De esas Anas que cada cual tiene en el desván

Hablar con Ana me calma, me proporciona todo el sosiego que necesito, porque mientras me debato entre un millar de dudas, ella es la paz a la que acudo para descansar.
Pasar una tarde con ella, significa perder los papeles, vomitarlo todo, rasgarse las vestiduras y renacer cual ave fénix, todo al mismo tiempo.
Ana es la compañera que todos quisiéramos tener, a la que envidiamos porque es cuasi perfecta, casi diría que parece sacada de la mente de algún escritor que a falta de heroína más al uso, se inventó a Ana una tarde de otoño mientras la lluvia torrencial caía tras los cristales. 
Siempre he dicho que lo único que le falta para ser indispensable es tener una polla entre las piernas, o en su defecto que a mí me gustaran las mujeres. 
Tienes un problema? acude a Ana. Necesitas que te escuchen? Ana. Otro punto de vista? Ana...
Pero ha llegado un momento en el que hasta Ana necesita ser escuchada, reconfortada, mimada. Mira que yo se lo decía, tanta empatía no puede ser buena, no puedes tragar y asimilar los problemas del resto del personal, porque uno de los mayores defectos de Ana, es que hace suyos  todos los males mundiales, y así no preciosa!
Un día, lo recuerdo perfectamente explotó... las lágrimas caían llevándose el rimmel y lo que pillaban al paso. Ni un sólo quejido salió de su boca. Luego se levantó del sofá , se acercó al fregadero de la cocina, se lavó la cara y dijo: -Por dónde íbamos?.... nada más, eso fue todo.
Desde entonces no es la misma. Oye, pero la mayoría de las veces no escucha. 
Desconozco que necesita, si es que necesita algo... me limito a estar a su lado, abrazarla cuando noto un punto vidrioso en sus ojos, quererla sin dobleces, y espero... Es posible que algún día, cuando ya haya perdido toda esperanza , vuelva a ver su mirada decidida y su sonrisa enigmática.
Hasta entonces vivimos en una simbiosis perfecta porque ella es parte de mi y yo parte de sus pensamientos.
Un beso.