lunes, 31 de marzo de 2014

La delgada línea entre lo real y lo imaginario

Estamos tomando café. Sí ,esa mala costumbre que tenemos a ciertas horas del día y nos sirve para todo siempre que no queramos acabar como cubas.
Me explico... Son las 8 de la mañana ,me llama Julia y me dice:  Nos vemos en la cafetería en 10 minutos y tomamos café!... Son las 11( hora de la mayoría de los funcionarios públicos) . Vamos y nos tomamos un café.... terminas de comer, tomas café y así hasta pasadas las 6 que si eso ya empiezas con otras bebidas espirituosas o no. 
Claro que conociendo a Morgana e Idoia seguro que ya están diciendo que ellas son de té.... Valeee, aceptamos té como animal de compañía!!!.
Bueno que me voy por los cerros de Úbeda y me marco un monólogo sobre café y demás bebidas en nuestro día a día.
Estamos tomando café... Ana me mira y me suelta que no va a ser capaz de ser feliz en su vida y que tiene que consultarlo con su psiquiatra.
Me mira, la miro.
Estoy enamorada!!! me lo suelta sin anestesia ni nada, así en crudo , como quién no quiere la cosa. 
Sonrío , pero me doy cuenta que detrás de esa frase hay mucho más que esas dos palabras y espero a que arranque  mientras le pego un trago al café con leche antes de que se enfríe.
Tía, habla ahora o calla para siempre!!! 
Estoy enamorada de un hombre que sólo existe en mi cabeza... lo deja caer con un susurro pero la escucho perfectamente. 
Lo he imaginado, sé como es, como huele... hasta el sonido de su voz lo conozco de memoria. Sé su nombre y como me siento entre sus brazos.
Estoy por silbar , pero me corto y le digo : Ya...
Ya. Es lo único que se me ocurre . Es eso o partirme de risa y si tomo  la segunda opción, Ana me fulmina con su mirada felina, como cuando se prueba una falda tubo y yo me encojo de hombros cuando me pregunta como le queda.
Así que se levanta, me da dos besos y se larga sin mirar atrás.
La tarde va a ser muy interesante. Hemos quedado para tomar unas cañas... 
Besos

1 comentario:

  1. De alguna manera, supongo, todos nos enamoramos de la persona que está en nuestra cabeza... afortunadamente, dura sólo unos meses y luego podemos ver y amar al ser real, al de carne, hueso y sangre.

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