Decir que me gusta bailar es un eufemismo y aunque no soy partidaria de suavizar las expresiones, si tecleo lo que me produce esta práctica puede que la censura me atrape...
Ahora que los ritmos salseros forman parte de mi vida y espero que no desaparezcan, os quiero contar mis experiencias en esas escuelas que a determinadas horas funcionan como salas de baile.
La primera cosa que he notado, es que como no tengas un morro que te lo pises, te quedas sin bailar.
Los llamados Taxis, que están contratados en los locales para sacar a toda aquella fémina que vaya sin pareja o para hacer bulto cuando todavía no está llena la pista , sacan a quién conocen , ya sea porque son alumnas de la escuela, o porque frecuentan el garito en cuestión.
También está la versión femenina del taxi.
Así que si te apetece mover las caderas con alguien que sepa llevarte, échale cara y dile simplemente que quieres bailar.... ninguno te dirá que no y acompañará tus pasos y hasta te guiará con una gran sonrisa.
Siempre y bajo mi opinión es preferible tener pareja de baile o pertenecer a una escuela, por lo menos así tendrás varios compañeros para practicar y eso es de agradecer.
Estoy pensando seriamente apuntarme a clases en cuanto vuelva a casa, más que nada para que términos como " dile que no,paséala , 70...." no me suenen a chino y saber que la "aspirina" puede no ser de Bayer.
Un beso
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