En estos días he pensado mucho en el poder de la seducción con la lengua, y no, no me refiero a la del placer de sexo sudoroso y orgásmico. Estoy hablando de la palabra, os cuento...
Estoy en un varios grupos de lectura, grupos donde se habla de libros, se opina, se debate. Uno de esos grupos, ha estado a punto de irse a la mierda por el poder de la oratoria.
Varias integrantes han caído bajo el poder de un seductor, un dandy de pacotilla, que valiéndose de la distancia, de las crisis que normalmente arrastramos las mujeres , de la soledad, pero sobre todo de su poder con la lengua ha ido enamorando poco a poco a cada una de ellas.
Prometiendo una ilusión, un sueño inalcanzable que las ha convertido en dependientes emocionales de sus migajas.
Y han sido felices, si, durante un tiempo han tocado el cielo con la punta de los dedos, hasta que el "amigo" ha querido cambiar de aires y de seducidas.
Las engañadas lo han tomado de diferentes formas, unas han llorado, otras han montado en cólera, incluso hay quien todavía sigue enganchada al señor X.
Toda esta situación me hace plantearme lo siguiente. He visto la foto del seductor y puedo decir sin ánimo de ofender que desde luego no tiene nada que ver con los protagonistas de los libros. No es ya su falta de atractivo, es que es como decirlo... complicado de ver.
Eso me da que pensar en que ha de tener una lengua digna del mejor orador, porque si no, que alguien me lo explique!!!
Realmente es tan irresistible la palabra? No lo sé.
Un beso
jueves, 30 de enero de 2014
jueves, 16 de enero de 2014
A principios de año, ya se sabe....
Vale, pasaron las fiestas y llegó el 2014 lleno de buenas intenciones como todos los años. Dejar de fumar, aprender inglés ( asignatura que año tras año aparco y no en zona azul porque me arruinaría), ponerse en forma, ya sea a través del gimnasio o si nos queremos ahorrar unas perrillas , nos convencemos de que salir a andar también funciona "ilusos"....
Pero pasemos por el primer obstáculo. Nos hemos metido entre pecho y espalda sin darnos apenas cuenta y con mucha, mucha suerte, un par de kilos. De ahí para arriba seguro.
Comenzamos a pensar en nuestra campaña de desintoxicación , que si me apuráis es de las de " va, esto me quito el pan y el chorizaco , me hago unos días de verdurita, ensalada y apañado", ERROR....
Según pasan los años, nos vamos dando cuenta de que lo que tarda en subir un par de semanas , no desaparece al mismo ritmo ni aunque te marques una huelga de hambre en toda regla.
Si lo que uno quiere, es que le vuelvan a entrar los pantalones que se ponía a primeros de diciembre sin que parezca que tiene un flotador . Es tanto pedir?????
A eso hay que añadirle que no sabes si comprar en las rebajas porque estás entre esas dos tallas y no te decantas por ninguna, pensando con más esperanza que certeza , que tu anterior tallaje en cuanto te quites lo que sobra te va a ir genial pero Pepito Grillo, es de los que se carcajea en tu cara y te dice: si , si, tu compra que se quedará como fondo de armario.
Y claro, odias a tu conciencia porque sabes que seguramente tenga razón y entonces no te queda más remedio que comprar una talla más de la habitual y pensar que si vuelves a tu peso, siempre se la puedes regalar a alguien.
Este año he decidido que en vez de pelearme con la báscula, no voy a comprar en rebajas y así eso que me ahorro, total para cuando quiera despejarme de las capas y capas de ropa habrán pasado por lo menos 5 meses.... Me lo voy a tomar en modo ZEN y mejor me apunto a Salsa que me gusta más!
Un beso
Pero pasemos por el primer obstáculo. Nos hemos metido entre pecho y espalda sin darnos apenas cuenta y con mucha, mucha suerte, un par de kilos. De ahí para arriba seguro.
Comenzamos a pensar en nuestra campaña de desintoxicación , que si me apuráis es de las de " va, esto me quito el pan y el chorizaco , me hago unos días de verdurita, ensalada y apañado", ERROR....
Según pasan los años, nos vamos dando cuenta de que lo que tarda en subir un par de semanas , no desaparece al mismo ritmo ni aunque te marques una huelga de hambre en toda regla.
Si lo que uno quiere, es que le vuelvan a entrar los pantalones que se ponía a primeros de diciembre sin que parezca que tiene un flotador . Es tanto pedir?????
A eso hay que añadirle que no sabes si comprar en las rebajas porque estás entre esas dos tallas y no te decantas por ninguna, pensando con más esperanza que certeza , que tu anterior tallaje en cuanto te quites lo que sobra te va a ir genial pero Pepito Grillo, es de los que se carcajea en tu cara y te dice: si , si, tu compra que se quedará como fondo de armario.
Y claro, odias a tu conciencia porque sabes que seguramente tenga razón y entonces no te queda más remedio que comprar una talla más de la habitual y pensar que si vuelves a tu peso, siempre se la puedes regalar a alguien.
Este año he decidido que en vez de pelearme con la báscula, no voy a comprar en rebajas y así eso que me ahorro, total para cuando quiera despejarme de las capas y capas de ropa habrán pasado por lo menos 5 meses.... Me lo voy a tomar en modo ZEN y mejor me apunto a Salsa que me gusta más!
Un beso
viernes, 10 de enero de 2014
Los años que acaban, los años que empiezan
Después de un mes de ejercer de hija, cosa un tanto complicada cuando se vive a más de 700 km de la casa familiar, vuelvo a mi rutina, mi casa, mi chimenea, mis libros, mis obsesiones, mis ganas de matar o morir....
Cual heroína en la batalla, me siento tras la pantalla de mi portátil y tecleo y borro y tecleo y borro ( es fácil, sólo hay que darle a una tecla con una flechita y voilá), desparramando en esta ventanita blanca, lo que me altera el ánimo.
Acabó un año malo a rabiar, con algún momento bueno ,vale aceptamos pulpo, pero con tantos sinsabores que daban ganas de vomitar y empezó otro que dicen los entendidos que será bueno porque la cábala numérica da 7 y ese por lo visto es un buen número.
Ni idea...
El caso es que empezamos el año con vino espumoso , a mí no me gusta ni el catalán ni el francés y eso que no soy remilgada, pero no quise saltarme el traguito al brindar por el nuevo año, me compré unas braguitas rojas y me comí las doce uvas, esperando que toda esas chorradas me aportaran una protección mágica y que todos los astros, magos, hadas y demás seres mitológicos de la buena suerte se pongan de acuerdo para mi protección.
Y aquí estoy estrenando un año nuevecito, con los mismos problemas con los que acabé el otro, decidiendo si leer la prensa, ver las noticias y sobre todo rebelándome contra ese sentimiento que me hace desear fervientemente, disponer de una gran guillotina en la plaza del pueblo y empezar a cortar cabezas.
Siempre salgo perdiendo ... y me veo a mí misma sonriendo ,mientras veo una larga fila de gente odiosa a la que decapitar.
Un beso
Cual heroína en la batalla, me siento tras la pantalla de mi portátil y tecleo y borro y tecleo y borro ( es fácil, sólo hay que darle a una tecla con una flechita y voilá), desparramando en esta ventanita blanca, lo que me altera el ánimo.
Acabó un año malo a rabiar, con algún momento bueno ,vale aceptamos pulpo, pero con tantos sinsabores que daban ganas de vomitar y empezó otro que dicen los entendidos que será bueno porque la cábala numérica da 7 y ese por lo visto es un buen número.
Ni idea...
El caso es que empezamos el año con vino espumoso , a mí no me gusta ni el catalán ni el francés y eso que no soy remilgada, pero no quise saltarme el traguito al brindar por el nuevo año, me compré unas braguitas rojas y me comí las doce uvas, esperando que toda esas chorradas me aportaran una protección mágica y que todos los astros, magos, hadas y demás seres mitológicos de la buena suerte se pongan de acuerdo para mi protección.
Y aquí estoy estrenando un año nuevecito, con los mismos problemas con los que acabé el otro, decidiendo si leer la prensa, ver las noticias y sobre todo rebelándome contra ese sentimiento que me hace desear fervientemente, disponer de una gran guillotina en la plaza del pueblo y empezar a cortar cabezas.
Siempre salgo perdiendo ... y me veo a mí misma sonriendo ,mientras veo una larga fila de gente odiosa a la que decapitar.
Un beso
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