En estos días he pensado mucho en el poder de la seducción con la lengua, y no, no me refiero a la del placer de sexo sudoroso y orgásmico. Estoy hablando de la palabra, os cuento...
Estoy en un varios grupos de lectura, grupos donde se habla de libros, se opina, se debate. Uno de esos grupos, ha estado a punto de irse a la mierda por el poder de la oratoria.
Varias integrantes han caído bajo el poder de un seductor, un dandy de pacotilla, que valiéndose de la distancia, de las crisis que normalmente arrastramos las mujeres , de la soledad, pero sobre todo de su poder con la lengua ha ido enamorando poco a poco a cada una de ellas.
Prometiendo una ilusión, un sueño inalcanzable que las ha convertido en dependientes emocionales de sus migajas.
Y han sido felices, si, durante un tiempo han tocado el cielo con la punta de los dedos, hasta que el "amigo" ha querido cambiar de aires y de seducidas.
Las engañadas lo han tomado de diferentes formas, unas han llorado, otras han montado en cólera, incluso hay quien todavía sigue enganchada al señor X.
Toda esta situación me hace plantearme lo siguiente. He visto la foto del seductor y puedo decir sin ánimo de ofender que desde luego no tiene nada que ver con los protagonistas de los libros. No es ya su falta de atractivo, es que es como decirlo... complicado de ver.
Eso me da que pensar en que ha de tener una lengua digna del mejor orador, porque si no, que alguien me lo explique!!!
Realmente es tan irresistible la palabra? No lo sé.
Un beso
En mi país le llamamos "labia". Ese poder que tienen para convencer a través de las palabras
ResponderEliminar