miércoles, 23 de octubre de 2013

Ains Sabina

Mi psiquiatra se llama Felisa, es una mujer de armas tomar, de esas que impresionan a primera vista ,mucho más de lo que suele impresionar cualquier médico especialista y mira que visito a unos cuantos.
Felisa es de las que te pega la bronca por llorar por los rincones, por no levantarte de la cama , en definitiva, por no vivir.
Me encantaría seguir sus consejos a rajatabla. Me dice -Tienes que salir más- , qué digo salir! lo que tienes que hacer es no entrar. Viaja, conoce gente. Píntaté el ojo y a la puta calle!!!
Entonces yo la miro y le contesto- Tú te crees que  soy el Banco España? que es lo que nos decía mi madre cuando le pedíamos un duro e íbamos bajando hasta la peseta para un chicle.
Para todo eso Felisa, hay que tener pasta, mucha pasta y sobre todo no tener obligaciones y no es mi caso.
Cuando uno está sólo, puede hacer y deshacer a su antojo, es dueño de su vida.
Felisa habla de tí como si te conociera de toda la vida, como si hubiera caminado con tus zapatos.  
Como dice mi admirado Sabina, en la letra de esa magnífica canción, "si sabe de una cosas que ni una sabe que sabía".
Tengo suerte de que me haya "tocado" en la Seguridad Social, podría haber sido peor, me podría haber tocado uno de esos que te atiborran a pastillas y que mientras le hablas piensa en que tiene que llevar el coche al taller. 
Admiro a Felisa, porque hablar con ella es como ir al confesionario, le cuentas tu vida con la seguridad de que lo que cuentes irá con ella a la tumba . A no ser claro, que haya orden judicial de por medio como en las pelis. 
Ya sé que os preguntaréis que hago yo visitando a una psiquiatra.... es una larga historia, lo mismo un día os la cuento.
Un beso

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